31 de enero de 2017

INICIACIÓN CRISTIANA - INICIACIÓN A LA CELEBRACIÓN - ORACIÓN - VIDA - CREER

Cada Domingo los cristianos tenemos una cita muy importante. No nos la deberíamos perder. Se trata de la Eucaristía. Los cristianos del mundo entero celebramos el día en el que Jesús resucitó. Todos los cristianos deberíamos hacer un esfuerzo muy grande para participar semanalmente, como Pueblo de la Eucaristía, del Día del Señor.
 
En nuestra parroquia, los domingos, llamamos a la Eucaristía: Misa Familiar. En la iglesia nos encontramos, a las 13,00h, pequeños, medianos y grandes, los que formamos la comunidad. Somos más de los que participamos, a veces se nos pegan las sábanas, otras siempre ponemos pretextos para hacer otras cosas, otras no queremos, etc. pero los que participamos, vivimos la alegría de la fe y esto no lo cambiamos por nada.
 
Durante la semana los niños se inician cristianamente por medio de la catequesis. Nos gustaría poder contar, también, con la ayuda de los papás, que son los verdaderos responsables de la educación de los niños. Estaría muy bien que hiciéramos cosas juntos y que se involucraran más con la parroquia.
 
Esta semana los catequistas de Iniciación 1 dieron la catequesis en el baptisterio, así los niños pudieron recordar el bautismo de Jesús y su propio bautismo.  

ORACIÓN ECUMÉNICA

Siguiendo el lema de la pasada Oración por la Unidad de los Cristianos: Reconciliación - "El amor de Cristo nos apremia" (cf. 2Cor 5, 14-20) ayer pudimos disfrutar de una bella oración ecuménica en Cigales.
 
         Iglesia Evangélica e Iglesia Católica nos unimos para orar con Dios. Contamos con la presencia de varios pastores de congregaciones de la Iglesia Evangélica de Valladolid: Rosa, Kim y Luis, así como algunos miembros de sus comunidades. Rosa y Kim forman una pequeña comunidad y viven en Cigales. Nuestra villa ya albergó una comunidad de cristianos de la Iglesia Española Reformada Episcopal (IERE - Anglicana), aún hoy podemos percibir la que fue la Capilla de San Pablo.

          La oración tuvo lugar en la Capilla de nuestra iglesia parroquial. Y en un ambiente muy acogedor y respetuoso disfrutamos pidiendo a Dios, con sinceridad y esperanza, la unidad.
 
Nos reunimos cristianos con distintos nombres, pero una única procedencia, nos unimos para orar. Nuestra oración es sincera y al mismo tiempo esperanzadora. Quizá nosotros no veamos la unidad total de la que nos habla Pablo, aquella unidad que da paz, alegría, ganas de contarlo; la que otorga Jesucristo, el Viviente, el Resucitado,... ella está a nuestro alcance, para todos nosotros. Y, es por ello, que imploramos al Espíritu Santo para que sea Él quien nos guíe, el que nos oriente en los pasos que debamos dar para la unidad deseada. Que al menos -hermanos- no quede por nosotros, que no seamos impedimento para la unidad.
Dimos gracias a Dios que nos hace capaces de estar juntos para orar, y reconocerle en medio de su Asamblea, de su Palabra y de Jesucristo, en cuyo nombre aquí estamos todos. Recordemos aquellas palabras de Jesús: “cuando dos o tres están reunidos en mi nombre yo estoy en medio de ellos” (Mt 18, 20).
 
           Nuestras palabras quisieron ser de aliento en medio del clima de oración, con la oración -valga la redundancia- que Jesús hace al Padre: “que todos sean uno” (Jn 17, 21). Amén.

 

28 de enero de 2017

Homilía del Domingo 4º T.O. Ciclo A

Es domingo, es el día en el que los cristianos celebramos la Resurrección del Señor. Este hecho nos mueve a salir de nuestras casas, de nuestros quehaceres, nuestras comodidades para acercarnos a la iglesia, y junto a nuestros hermanos de fe, celebrar la Eucaristía; y hacerlo con devoción, es decir, con paz, con amor, con fe, centrados en el gran Misterio que aquí acontece y que nunca deberíamos convertir en rutina, centrados y no dispersos en lo que ocurre en nuestros hermanos que van llegando, en el que tengo delante o tengo detrás, con deseos de ser mejores y poner en práctica lo que aquí celebramos. Para ello, quizá nos acicalemos un poquito más, no solo por el hecho de que salimos de casa, ¿verdad?, sino porque celebramos al Señor y Él se lo merece.
            Celebrar semanalmente al Señor nos ha de hacer pensar y reflexionar sobre qué cristiano quiero ser yo: ¿del montón? ¿mediocre? ¿tibio? ¿inconsciente de lo que aquí ocurre? O, por el contrario, dócil, sensible, enamorado. Para ello la Palabra de Dios nos ayuda, pues con ella, la Iglesia nos sugiere la condición fundamental para ser cristianos y hacernos presentes en medio de la Asamblea. Hoy, precisamente, escuchamos unas lecturas muy sugerentes en torno a la sencillez de vida.
            El profeta Sofonías nos habla de una serie de valores que podemos asumir si deseamos descubrir al Señor: la humildad, la justicia y el derecho. Ninguno de nosotros busca humillaciones, ni tan siquiera el Antiguo Testamento nos invita a ellas, pero si llegan, a todos nos llegan, “pongamos la otra mejilla”. Hay personas que disfrutan mucho ridiculizando a los demás, humillando a los demás, etc. esas actitudes son las que enfurecen al Señor, sin embargo la humildad, el sabernos en manos de Dios, queridos por Dios, aunque solo sea por Él, puede ayudarnos a vivir más tranquilos.

Hoja Parroquial - Domingo 4 - Tiempo Ordinario - Ciclo A


25 de enero de 2017

SAN ENRIQUE DE OSSÓ

        El final del mes de enero viene caracterizado por la fiesta de algunos santos muy importantes: San Timoteo, San Tito, San Enrique de Ossó, Santo Tomás de Aquino y San Juan Bosco, entre otros. Los catequistas españoles celebramos de forma especial San Enrique de Ossó. Es nuestro patrón.
      Es una fiesta que no celebramos solos sino que compartimos con las religiosas de la Compañía de Santa Teresa. Unos y otros nos alegramos de poder contar con San Enrique, sacerdote y modelo de catequistas, ¿por qué? Porque entre sus intereses pastorales se encuentra: la transformación de la sociedad, la acción educadora y el compromiso apostólico. Todo ello por haber dispuesto el centro de su vida en el corazón de Cristo. A lo que hay que añadir la necesidad que tiene como apóstol de testimoniar con su vida el amor que siento por Jesús, por este motivo el vivirá lo que es lema en su vida: “¡Todo por Jesús!”. San Enrique es un cristiano de fe viva, que no miraba sacrificios ni oposiciones; en una época especialmente hostil a la Iglesia, anunció valerosamente el Evangelio con la palabra, con los escritos, con la vida.
       El mensaje de su vida es ser siempre fiel a las mociones del Espíritu Santo, vivió como apóstol que transmite la fuerza del Evangelio animada por la comunión constante con Dios y por un amor inmenso a la Iglesia. Su existencia, consumida al servicio de los hermanos en una entrega sin límites, revela que el verdadero amor de Cristo cuanto más posee a un ser lo hace más disponible a la caridad siempre nueva y siempre colmada de quien intenta ser reflejo de la presencia de Dios y de su amor en el mundo.
       ¡Feliz día de San Enrique! Gracias a los catequistas, por vuestra vocación y servicio.

15 de enero de 2017

El Papa advierte que los chismorreos destruyen una parroquia

El Santo Padre retoma las visitas a las parroquias y este domingo se ha dirigido a Santa María en Setteville, a las afueras de Roma
 
 
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha retomado este domingo las visitas pastorales a las parroquias de Roma, que fueron suspendidas durante el Año Jubilar. Hoy ha recibido al Santo Padre la parroquia de Santa María en Setteville, a las afueras de la ciudad.
En la homilía de la misa, el Santo Padre ha reflexionado sobre qué significa ser “testigos”, haciendo referencia a la lectura del día, que presenta a Juan Bautista en el momento en el que da testimonio de Jesús.
De este modo, el Papa ha recordado que hay muchos cristianos que confiesan que Jesús es Dios, hay muchos sacerdotes que confiesan que Jesús es Dios, muchos obispos…. Pero “¿todos dan testimonio de Jesús? ¿o ser cristiano es como un modo de vivir? ¿es como ser hincha de un equipo? ¿o como tener una filosofía?”, ha invitado a reflexionar.  El Pontífice ha subrayado que “ser cristiano, en primer lugar, es dar testimonio de Jesús”.
Y esto es lo que han hecho los apóstoles. “Dieron testimonio de Jesús”. En esta línea, ha observado que los apóstoles “no habían hecho un curso para ser testigos”, “no habían estudiado”, “no habían ido a la universidad”. Sintieron el Espíritu y fueron fieles a su inspiración. El Papa ha asegurado que eran pecadores, envidiosos, tenían celos entre ellos, eran traidores. Pedro, el primer Papa, traicionó a Jesús, ha insistido Francisco.
Pero –ha añadido–son testigos porque son “testigos de la salvación que Jesús lleva”. Todos “se han convertido”, “se han dejado salvar”. Al respecto, el Santo Padre ha querido subrayar que “ser testigo no significa ser santo”.
Finalmente, ha explicado que los apóstoles hubo un pecado que no tuvieron: no eran chismosos, no hablaban mal unos de otros, no se desplumaban. Por esta razón, ha asegurado que una comunidad, una parroquia donde hay chismorreos, “es incapaz de dar testimonio”. ¿Queréis una parroquia perfecta? “Nada de chismes”, ha pedido el Obispo de Roma. Lo que destruye a una comunidad  –ha precisado– son los chismorreos.

9 de enero de 2017

historia para la reflexión

Un hombre, que regularmente asistía a las convocatorias de su parroquia, sin ningún aviso dejó de participar en las actividades. Después de algunas semanas, el párroco decidió visitarlo. Era una noche muy fría. El sacerdote encontró al hombre en casa, solo, sentado delante de la chimenea, donde ardía un fuego brillante y acogedor. Adivinando la razón de la visita, el hombre dio la bienvenida al sacerdote, lo condujo a una silla, cerca de la chimenea y allí se quedó... Esperaba que el párroco comenzara a hablar. Pero se hizo un grave silencio. Los dos hombres solo contemplaban la danza de las llamas en torno de los troncos de leña que ardían. Al cabo de algunos minutos, el sacerdote examinó las brasas que se formaron y cuidadosamente seleccionó una de ellas, la más incandescente de todas, empujándola hacia un lado. Volvió entonces a sentarse, permaneciendo silencioso e inmóvil. El anfitrión prestaba atención a todo, fascinado y quieto. Al poco rato, la llama de la brasa solitaria disminuyó, hasta que solo hubo un brillo momentáneo y su fuego se apagó de una vez. En poco tiempo, lo que antes era una fiesta de calor y luz, ahora no pasaba de ser un negro, frío y muerto pedazo de carbón recubierto de una espesa capa de ceniza grisácea. Ninguna palabra había sido dicha desde el protocolario saludo inicial entre los dos amigos. El párroco, antes de prepararse para salir, manipuló nuevamente el carbón frío e inútil, colocándolo de nuevo en el medio del fuego. Casi inmediatamente se volvió a encender, alimentado por la luz y el calor de los carbones ardientes en torno de él. Cuando el sacerdote alcanzó la puerta para partir, su anfitrión le dijo: - Gracias Padre por la visita, y por sus palabras. ¡Que Dios, Padre, lo bendiga! Regresaré... ¡Nos veremos en la Parroquia!
 

6 de enero de 2017

MADRE MARÍA EVANGELISTA QUINTERO MALFAZ

Un 6 de enero de 1591 nació Madre María Evangelista en la villa de Cigales. Ella murió en "olor de santidad" y por ello la Iglesia inició su proceso de beatificación y canonización. Ahora seguimos en espera de lo que se concluya en Roma. MUCHAS FELICIDADES. Un honor tener paisanos como que se parecieron tanto a Jesús y que aún, después de su muerte, siguen dando gloria a Dios y siendo un ejemplo para todos nosotros.

1 de enero de 2017

SANTA MARÍA MADRE DE DIOS


Estoy de acuerdo con San Ignacio de Loyola que, si hay a alguna persona a la que el Señor Jesús se aparecería en primer lugar, tras su resurrección, sería a su Madre, Santa María, Madre de Dios. Estoy de acuerdo con la Iglesia, que el primer día del Año pongamos los ojos en Ella, para celebrar Santa María, Madre de Dios.

En el nuevo año que acabamos de inaugurar, recordamos a la Madre, por quien nos ha llegado la salvación. Dios, que se ha hecho uno de los nuestros, está con nosotros, entre nosotros, ha nacido de una Madre, como nosotros. Cierto, esa Madre es muy especial, Dios se ha fijado en alguien que no le pudiera malograr su plan de redención, y por ello su condición es Inmaculada, sin rastro de traición ni desamor.

Qué imagen tan bella la de Dios crucificado que mirando a San Juan le dice: “He ahí a tu madre”, y mirándole a Ella, la Madre, le dice: “He ahí a tu hijo”. Y, como dice el evangelista: “desde aquella hora el discípulo le recibió como algo propio”. Santa María, Madre de Dios, y Madre nuestra. Santa María el orgullo de nuestra raza.

Hoy, la Iglesia también nos propone la jornada mundial de la Paz. Oremos por la Paz en el mundo. Jesucristo es la Palabra, es la Paz, el Cordero de Dios, el Manso, el Humilde, etc. Él nos ha venido a traer la Paz, ¡ah, pero es verdad, los suyos no lo recibieron! Los suyos no lo recibimos, porque preferimos el orgullo, somos víctimas de la envidia, la humildad nos parece una actitud cobarde, el menosprecio está al orden del día, etc.

Los medios de comunicación se hacían eco ayer de las medidas de seguridad que muchas de las capitales europeas habían tomado, eran extremadas, no había precedente. Urge la Paz, urge abandonar la violencia. Son muchas las razones para exigir la paz: queremos vivir en paz, para ello tendremos que empezar por respetarnos y respetar las normas de convivencia, sino aquí no hay quien viva. No se puede vivir en una sociedad en la que la desconfianza está tan a flor de piel.