15 de julio de 2012

Domingo 15 TO Ciclo B


Letanías a la Virgen del Carmen


Señor ten piedad
Cristo ten piedad
Señor ten piedad
Cristo óyenos
Cristo escúchanos
Dios Padre celestial
Dios Hijo Redentor del mundo
Dios Espíritu Santo
Trinidad Santa, un solo Dios
Santa María, Madre de Dios
Madre del que busca a Dios
Madre del que rema para Dios
Madre del que mira al cielo
Madre del que busca la tierra
Virgen del horizonte abierto
Virgen que camina sobre las aguas
Virgen con el timón de la fe
Virgen con la vela de la esperanza
Virgen con la vela del amor
Virgen con la vela de la gracia
Virgen con el ancla del temor de Dios
Vencedora de toda tormenta
Vencedora de todo miedo
Vencedora en todo peligro
Reina de los océanos
Reina de los marineros
Reina de los que confían en Dios
Reina de los que se dejan empujar por Dios
Reina de los pescadores
Estrella de los mares
Estrella del anochecer
Estrella que da paso al amanecer
Estrella que guía a buen puerto
Estrella que ilumina la noche
Mano que calma la desorientación
Mano que cura las heridas
Mano que conduce hacia el destino
Mano que eleva el espíritu
Mano que levanta al abatido
Mano que socorre al perdido
Mano que empuja la barca de nuestra fe
Santa María, Virgen del Carmelo
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Escúchanos Señor
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo.
Perdónanos, Señor
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo.
Ten misericordia de nosotros pecadores.

ORACION FINAL
Señor;
Tú, desde el estandarte de la cruz,
nos dejaste como compañera y Madre
a Santa María Virgen
Al celebrar su memoria, bajo la advocación del “Carmelo” te pedimos que bendigas
los surcos de nuestra vida.
Son constantes los tropiezos a nuestra fe
y los  contrastes y contradicciones
de nuestra vida cristiana.
Por ello mismo, te pedimos Señor, que la Virgen del Carmen salga a nuestro encuentro en toda circunstancia, para que siendo testigo de nuestro intento de seguirte y crecer en nuestra fidelidad al evangelio, pueda presentar ante Ti, Señor, nuestra súplica y nuestros deseos de alcanzar lo que más nos hace falta para llegar a ese fín.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

PETICIONES
  1. En nuestro navegar con la Iglesia.
Ayúdanos Virgen del Carmen
  1. En nuestro miedo a profundizar las verdades de la fe. Ayúdanos Virgen del Carmen
  2. En nuestra cobardía para hacer frente a las tormentas de cada día.
Ayúdanos Virgen del Carmen
  1. En nuestro intento  de quedarnos en firme tierra sin surcar mares para Dios.
Ayúdanos Virgen del Carmen
  1. En la tentación de dejar los remos de la fe, de la iglesia o la Eucaristía.
Ayúdanos Virgen del Carmen
  1. En la salud y en la enfermedad, en la muerte de nuestros seres queridos, en la riqueza y en la pobreza, en la juventud y en la vejez.
Ayúdanos Virgen del Carmen

12 de julio de 2012

Novena de la Virgen del Carmen


  1. En nuestro navegar con la Iglesia.
Ayúdanos Virgen del Carmen
  1. En nuestro miedo a profundizar las verdades de la fe. Ayúdanos Virgen del Carmen
  2. En nuestra cobardía para hacer frente a las tormentas de cada día.
Ayúdanos Virgen del Carmen
  1. En nuestro intento  de quedarnos en firme tierra sin surcar mares para Dios.
Ayúdanos Virgen del Carmen
  1. En la tentación de dejar los remos de la fe, de la iglesia o la Eucaristía.
Ayúdanos Virgen del Carmen
  1. En la salud y en la enfermedad, en la muerte de nuestros seres queridos, en la riqueza y en la pobreza, en la juventud y en la vejez.
Ayúdanos Virgen del Carmen

7 de julio de 2012

XIX Aula de verano regional del catequista en Villagarcía de Campos


"ACOMPAÑAR EL PROCESO INTERIOR QUE CONDUCE A LA FE"

Los días 6 y 7 de julio catequistas de Iglesia en Castilla nos hemos reunido para celebrar la XIX Aula de verano. Esta vez ha tenido lugar en Villagarcía de Campos. Han participado alrededor de 70 catequistas de toda la región del Duero, Iglesia en Castilla. 

Se ha renovado el catequista que ha participado, no solo se han reunido nuevos catequistas sino también jóvenes. Es cierto que esta vez se ha invitó, especialmente, a a catequistas nuevos sobre todo que tuvieran algún tipo de responsabilidad en su parroquia, arciprestazgo o diócesis. Aprender a acompañar el proceso que conduce a la fe.

Los catequistas han entendido muy bien las explicaciones del profesor D. Juan Carlos Carvajal Blanco (de la Universidad Eclesiástica San Dámaso). Han tenido oportunidad de preguntarle y entablar diálogo con él.

El tema ha sido muy interesante y, por otra parte, nos ha parecido fundamental para entender el proceso que se da en el ser huamano, en el camino de conversión hasta que llega a la profesión de fe.

D. Juan Carlos ha sido capaz de presentar claramente la materia de la que es un gran especialista. La cual la ha hecho asequible para los catequistas, a los que se ha sentido muy cercano en todo momento. 

Algunos aspectos interesantes para tener en cuenta en nuestra misión evangelizadora es que lo que hoy parecen problemas e impedimentos de cara al anuncio de Jesucristo, se pueden convertir en desafíos. Es decir, tenemos muchas oportunidades para la evangelización, más de las que nos parecen; aunque el terreno muchas veces no sea el más apropiado, cualquier ocasión es apropiada para la evangelización.

Los catequistas antes de ser catequistas somos cristianos y desde esa percepción no cumplimos un rol sino que damos pie al acompañamiento. Cuando el otro me percibe desde ese rol, puede que es cuando sienta la lejanía y cree la distancia. Sin embargo, la identidad cristiana me aproxima, también al débil, y esto sí que enraíza con mi ser de catequista. Desde ahí sí se puede dialogar con la increencia.





El hecho de ser cristianos primero, nos aproxima a los destinatarios, el bautismo será -junto a la Confirmación y a la Eucaristía- el que nos capacite para la misión.

1 de julio de 2012

Domingo, día del Señor

 Es domingo, no nos olvidemos de participar en la Eucaristía y poner delante del Señor nuestras súplicas y necesidades, también nuestros agradecimientos por tantos cuidados. Que el Evangelio de hoy nos ayude a todo ello.
 
En aquel tiempo, Jesús pasó de nuevo en la barca a la otra orilla y se aglomeró junto a Él mucha gente; Él estaba a la orilla del mar. Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae a sus pies, y le suplica con insistencia diciendo: «Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva». Y se fue con él. Le seguía un gran gentío que le oprimía. Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Pues decía: «Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré». Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal. Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había salido de Él, se volvió entre la gente y decía: «¿Quién me ha tocado los vestidos?». Sus discípulos le contestaron: «Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: ‘¿Quién me ha tocado?’». Pero Él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho. Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró ante Él y le contó toda la verdad. Él le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad». Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos diciendo: «Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?». Jesús que oyó lo que habían dicho, dice al jefe de la sinagoga: «No temas; solamente ten fe». Y no permitió que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos. Entra y les dice: «¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida». Y se burlaban de Él. Pero Él después de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la madre y a los suyos, y entra donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dice: «Talitá kum», que quiere decir: «Muchacha, a ti te digo, levántate». La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor. Y les insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de comer.